Kransekage
El Kransekage es un postre tradicional danés que se destaca por su forma y su sabor distintivo. Este pastel de almendra es emblemático de las celebraciones en Dinamarca, especialmente durante las festividades de Año Nuevo y en bodas. Su nombre, que se traduce como "pastel de anillo", hace referencia a la forma característica de las capas, que se apilan en una pirámide o torre. Esta estructura no solo es visualmente atractiva, sino que también simboliza la prosperidad y la buena fortuna. La historia del Kransekage se remonta a varios siglos atrás, con sus orígenes que se pueden rastrear en la tradición nórdica de los pasteles de almendra. Se dice que el Kransekage se popularizó en el siglo XIX y se convirtió en un símbolo de celebración real. Originalmente, el pastel se asociaba con la nobleza y se servía en ocasiones especiales. Con el tiempo, su preparación se democratizó y hoy en día es un dulce que se encuentra en casi todas las celebraciones danesas, desde cumpleaños hasta festivales. El sabor del Kransekage es uno de sus mayores atractivos. Cada bocado ofrece una combinación de dulzura y un ligero toque de amargor gracias a las almendras. La textura es crujiente por fuera y suave por dentro, lo que lo convierte en una experiencia agradable al paladar. A menudo se adorna con un glaseado blanco que añade un toque de dulzura adicional y que, al mismo tiempo, realza su apariencia, haciéndolo aún más atractivo en cualquier mesa festiva. La preparación del Kransekage requiere ingredientes sencillos pero de alta calidad. Los ingredientes clave son la harina de almendra, el azúcar y las claras de huevo. La harina de almendra, que se obtiene a partir de almendras molidas, es esencial para conseguir la textura característica del pastel. Para preparar el Kransekage, se mezcla la harina de almendra con el azúcar y las claras de huevo hasta formar una masa espesa. Esta masa se pasa a través de moldes en forma de anillo que van en tamaño decreciente, creando la forma piramidal. Una vez horneados, los anillos se dejan enfriar antes de ser apilados. La unión entre las capas se realiza con un glaseado de azúcar, que no solo actúa como pegamento, sino que también sirve como decoración. En ocasiones, se decoran con banderines o figuras de mazapán, lo que añade un elemento festivo. El Kransekage no solo es un deleite para el paladar, sino que también es una tradición que une a las familias danesas en momentos especiales, convirtiéndolo en un símbolo de celebración y alegría.
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